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Cariátides del Erecteión. Acrópolis de Atenas. |
Cuenta la
historia clásica, que los cariátides, habitantes de Caria, un pueblo del
Peloponeso, conspiraron contra sus aliados griegos en mitad de
la guerra que les enfrentaba a Persia. Tras la victoria helena, y en venganza
de la traición, los griegos arrasaron Caria, pasando a cuchillo a todos los
varones y esclavizando a las mujeres para hacerlas soportar, hasta su muerte,
las más pesadas cargas. Y para que no se olvidase, esculpieron columnas en
forma de mujeres cariátides, que soportarían pesados dinteles y cubiertas de
nobles edificios, como metáfora de un castigo que se pagaría hasta el fin de
los tiempos. Como siempre, les tocó a las mujeres sufrir por las calamidades de
los hombres.
A los millones
de mujeres del mundo que, cómo cariátides, soportaron, soportan en silencio, el peso de sus
familias, el maltrato de los hombres, o la indiferencia de la sociedad…
Cartas
de Lucía, I. Iguales
Hola mamá, ¿qué
tal estás hoy?
Yo bien, aunque
algo desconcertada aun por lo que nos ha pasado esta mañana en el área de instrucción del nivel 005.
Mamá, ¿recuerdas
que tildabas a la bisabuela de exagerada cuando relataba lo difícil que lo
había tenido su madre y las mujeres de su tiempo, a eso de finales del siglo
XX? Pues creo que todo era cierto y que incluso se quedaba corta en su relato.
Verás, hoy, para inaugurar el ciclo de ese nuevo paquete que han incluido este
año en los programas formativos, ese en el que vamos a conocer la historia de
la humanidad, que, por cierto, te tengo que dar ahora la razón en tu opinión de que nuestra
moderna sociedad adolece de un mínimo de información sobre el pasado, y que no
es coherente, y si muy peligroso, mantenernos aislados de ese conocimiento, porque me parece, además, que es realmente apasionante; te decía, nos han ofrecido la
charla de un voluntario investigador de antropología, octogenario jubilado hace
muy poco y algo alocado el hombre, que nos ha ilustrado sobre un tema tan raro
como los «Avances Sociales hacia la Plena Igualdad en el siglos XX y XXI», en
referencia a la desigualdad de trato social que, al parecer, y en
detrimento de la mujer, existía aun en aquella época. Créeme, que nos hemos
quedado flipados; ni en los registros autorizados de cine antiguo, habíamos
intuido jamás una sociedad que tratara así a la mujer, ya superado incluso el cambio de
milenio. Por lo visto, las mujeres padecieron un maltrato salvaje y muy
extendido al que llamaban «violencia machista, o de género». Nos ha resultado
tan grotesco que, haciendo relativamente tan poco tiempo, ni cien años aún,
ocurrieran las cosas que ese señor ha contado. Al principio pensé que eran las
mismas exageraciones seniles de la bisabuela, pero este científico está pleno
de conciencia, aptitud, y conocimiento… es como un acceso abierto a globalnet…
Según parece, se
daban no pocos casos de asesinatos de mujeres a manos de sus compañeros
sentimentales por celos o rupturas de la relación ¿Te lo puedes creer? Resulta, que la mujer no formaba parte de muchos gobiernos, o de la dirección de las
grandes corporaciones, ni de la cúpula de las religiones mayoritarias… ¿Qué te parece? La gente se reía al oírlo. Nadie nos había dicho que
los antiguos Estados Unidos o España no tuvieron una mujer presidenta
hasta casi mediado el siglo XXI, ¡jajajaja¡. O que llegó a ser presidente
americano un tipo muy excéntrico que alardeaba de poder decir o tocar a las
mujeres lo que le daba la gana, solo por ser rico y famoso ¡Y lo
auparon a la presidencia, por Dios! ¿Tú sabías que la primera mujer que presidió la iglesia
cristiana fue elegida, con gran polémica, en 2.070, y que, de hecho, casi
supuso volver a romper la unidad de las antiguas iglesias de Cristo que,
parece, costó siglos conseguir? ¡Jajajajaja! Creo que aquella gente estaba
completamente loca… Te quieres creer, mamá, que el duro esfuerzo que suponía
llevar sin robots ni humanoides las tareas del hogar y la educación de los
hijos, la desempeñaban mayoritariamente las madres; o que éstas solo
tenían cuatro meses de exención de obligaciones sociales -entonces lo llamaban «trabajo»- cuando tenían un bebé; o que los hombres
solo disponían de unos días… ¡Jajajajaja! ¡Increíble! Y ya para colmo, al contarnos, cómo la estética era tan diferente en cuanto a la forma de vestir de los
diferentes sexos, nos han mostrado imágenes fijas de mujeres ataviadas con ropa
incomodísima y un calzado con una especie de elevación muy alta y
puntiaguda bajo el talón, que las obligaba a guardar el equilibrio sobre las
puntas de los pies, mientras les destrozaba la espalda, ¡jajajaja!, ¡pobres!. Con esto ya la gente se
tomó la charla a broma… Y el instructor nos tuvo que pedir silencio a nosotros; y
un poco de prudencia al orador, argumentando que no se podían servir estas
historias así, de golpe, con tanta crudeza, y sin conocer el gran atraso de
aquella sociedad, ni su complejo contexto histórico…
Mira, realmente ha sido un
tema muy triste, pero no hemos podido reprimir la risa… ¡Vaya gente rara, y qué injusto y absurdo era su mundo!
Después, durante
el intervalo nutricional, he meditado sobre toda esa información, y he de decir, a ti puedo, que no gustándome en su totalidad la sociedad que hoy nos damos, me alegro no haber nacido en aquella época funesta, y me compadezco de las mujeres que recordaba con pena la bisabuela.
Por
otro lado, mamá, no entiendo qué pudo llevar a la exclusión del estudio de la
historia; creo que no nos hace mal saber que la humanidad, aun con sus
reiterados y retorcidos pasos atrás, ha ido evolucionando siempre a
mejor. Fíjate qué infierno se vivía hace nada y en tiempos de paz.
En fin, ya te
contaré más detalles a tu vuelta, tengo ganas de partirme de risa contigo… Y de
abrazarte y no soltarte… y de besarte… te echo tanto de menos. Sé que era tu
vida y tu sueño comandar esa misión espacial, mamá, pero espero que sea la última que te
asignen en ese planeta habitable tan lejano. Un beso enorme de tu hija que te
quiere. Lucía.