sábado, 4 de marzo de 2017

Cartas de Lucía, I: Iguales



Cariátides del Erecteión. Acrópolis de Atenas.
Cuenta la historia clásica, que los cariátides, habitantes de Caria, un pueblo del Peloponeso,  conspiraron  contra sus aliados griegos en mitad de la guerra que les enfrentaba a Persia. Tras la victoria helena, y en venganza de la traición, los griegos arrasaron Caria, pasando a cuchillo a todos los varones y esclavizando a las mujeres para hacerlas soportar, hasta su muerte, las más pesadas cargas. Y para que no se olvidase, esculpieron columnas en forma de mujeres cariátides, que soportarían pesados dinteles y cubiertas de nobles edificios, como metáfora de un castigo que se pagaría hasta el fin de los tiempos. Como siempre, les tocó a las mujeres sufrir por las calamidades de los hombres.

A los millones de mujeres del mundo que, cómo cariátides, soportaron, soportan en silencio, el peso de sus familias, el maltrato de los hombres, o la indiferencia de la sociedad…






 Cartas de Lucía, I.  Iguales

Hola mamá, ¿qué tal estás hoy?

Yo bien, aunque algo desconcertada aun por lo que nos ha pasado esta mañana en el área de instrucción del nivel 005.

Mamá, ¿recuerdas que tildabas a la bisabuela de exagerada cuando relataba lo difícil que lo había tenido su madre y las mujeres de su tiempo, a eso de finales del siglo XX? Pues creo que todo era cierto y que incluso se quedaba corta en su relato. Verás, hoy, para inaugurar el ciclo de ese nuevo paquete que han incluido este año en los programas formativos, ese en el que vamos a conocer la historia de la humanidad, que, por cierto, te tengo que dar ahora la razón en tu opinión de que nuestra moderna sociedad adolece de un mínimo de información sobre el pasado, y que no es coherente, y si muy peligroso, mantenernos aislados de ese conocimiento, porque me parece, además, que es realmente apasionante; te decía, nos han ofrecido la charla de un voluntario investigador de antropología, octogenario jubilado hace muy poco y algo alocado el hombre, que nos ha ilustrado sobre un tema tan raro como los «Avances Sociales hacia la Plena Igualdad en el siglos XX y XXI», en referencia a la desigualdad de trato social que, al parecer, y en detrimento de la mujer, existía aun en aquella época. Créeme, que nos hemos quedado flipados; ni en los registros autorizados de cine antiguo, habíamos intuido jamás una sociedad que tratara así a la mujer, ya superado incluso el cambio de milenio. Por lo visto, las mujeres padecieron un maltrato salvaje y muy extendido al que llamaban «violencia machista, o de género». Nos ha resultado tan grotesco que, haciendo relativamente tan poco tiempo, ni cien años aún, ocurrieran las cosas que ese señor ha contado. Al principio pensé que eran las mismas exageraciones seniles de la bisabuela, pero este científico está pleno de conciencia, aptitud, y conocimiento… es como un acceso abierto a globalnet…

Según parece, se daban no pocos casos de asesinatos de mujeres a manos de sus compañeros sentimentales por celos o rupturas de la relación ¿Te lo puedes creer? Resulta, que la mujer no formaba parte de muchos gobiernos, o de la dirección de las grandes corporaciones, ni de la cúpula de las religiones mayoritarias… ¿Qué te parece? La gente se reía al oírlo. Nadie nos había dicho que los antiguos Estados Unidos o España no tuvieron  una mujer presidenta hasta casi mediado el siglo XXI, ¡jajajaja¡. O que llegó a ser presidente americano un tipo muy excéntrico que alardeaba de poder decir o tocar a las mujeres lo que le daba la gana, solo por ser rico y famoso ¡Y lo auparon a la presidencia, por Dios!  ¿Tú sabías que la primera mujer que presidió la iglesia cristiana fue elegida, con gran polémica, en 2.070, y que, de hecho, casi supuso volver a romper la unidad de las antiguas iglesias de Cristo que, parece, costó siglos conseguir? ¡Jajajajaja! Creo que aquella gente estaba completamente loca… Te quieres creer, mamá, que el duro esfuerzo que suponía llevar sin robots ni humanoides las tareas del hogar y la educación de los hijos, la desempeñaban mayoritariamente las madres; o que éstas solo tenían  cuatro meses de exención de obligaciones sociales -entonces lo llamaban «trabajo»- cuando tenían un bebé; o que los hombres solo disponían de unos días… ¡Jajajajaja! ¡Increíble! Y ya para colmo, al contarnos, cómo la estética era tan diferente en cuanto a la forma de vestir de los diferentes sexos, nos han mostrado imágenes fijas de mujeres ataviadas con ropa incomodísima y un calzado con una especie de elevación muy alta y puntiaguda bajo el talón, que las obligaba a guardar el equilibrio sobre las puntas de los pies, mientras les destrozaba la espalda, ¡jajajaja!, ¡pobres!. Con esto ya la gente se tomó la charla a broma… Y el instructor nos tuvo que pedir silencio a nosotros; y un poco de prudencia al orador, argumentando que no se podían servir estas historias así, de golpe, con tanta crudeza, y sin conocer el gran atraso de aquella sociedad, ni su complejo contexto histórico…

Mira, realmente ha sido un tema muy triste, pero no hemos podido reprimir la risa… ¡Vaya gente rara, y qué injusto y absurdo era su mundo!

Después, durante el intervalo nutricional, he meditado sobre toda esa información, y he de decir, a ti puedo, que no gustándome en su totalidad la sociedad que hoy nos damos, me alegro no haber nacido en aquella época funesta, y me compadezco de las mujeres que recordaba con pena la bisabuela.

Por otro lado, mamá, no entiendo qué pudo llevar a la exclusión del estudio de la historia; creo que no nos hace mal saber que la humanidad, aun con sus reiterados y retorcidos pasos  atrás, ha ido evolucionando siempre a mejor. Fíjate qué infierno se vivía hace nada y en tiempos de paz.

En fin, ya te contaré más detalles a tu vuelta, tengo ganas de partirme de risa contigo… Y de abrazarte y no soltarte… y de besarte… te echo tanto de menos. Sé que era tu vida y tu sueño comandar esa misión espacial, mamá, pero espero que sea la última que te asignen en ese planeta habitable tan lejano. Un beso enorme de tu hija que te quiere. Lucía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Puedes comentar lo que quieras, pero, por favor, con educación y respeto.